El albinismo en los animales es una condición congénita y hereditaria que causa una disminución de la pigmentación. Es un gen recesivo que cuando se presenta, reduce en gran medida el número de gránulos de pigmentación en el pelo, piel y ojos. Generalmente se le asocia con felinos blancos, pero la gran mayoría de ellos no son albinos.
Felinos albinos siempre presentan ojos azules translúcidos, con nariz, borde de ojos y almohadillas color rosa. La pigmentación enormemente reducida en la piel y ojos causa una fotosensibilidad marcada (ojos parcial o totalmente cerrados a la luz solar) y aumenta el riesgo de daño en la piel por el sol. Es por eso que se tiene que tener cuidados especiales con sus ojos y piel, como por ejemplo no exponerse a horas en los que la luz del sol es demasiado fuerte. Con el tiempo puede presentarse ceguera.
Los felinos albinos pueden vivir bien si reciben los cuidados necesarios, pero no es recomendable su reproducción para así evitar otros casos de albinismo. Los animales albinos son más propensos a problemas de salud, que pueden limitar su calidad de vida e incluso causar dificultades muy serias en algunos casos.
¿Puede nacer un animal albino de padres que no lo sean?
Sí porque el albinismo puede encontrarse oculto en algunos ejemplares, siendo simplemente portadores de la enfermedad, pero sin presentar ningún síntoma. Este portador, que no presenta signos de la enfermedad, puede transmitirla a sus hijos, que pueden ser portadores, no portadores, o directamente sufrir la enfermedad.
Todavía no se ha descrito la existencia de animales con albinismo completo. Todos los albinos son albinos parciales. Incluso los que parece estar completamente ausente la melamina, tienen un poco de pigmento, solo que en algunos casos está tan diluido que parecen animales con albinismo completo. Es por eso que muchas veces se confunde a los felinos blancos con animales albinos, más allá de la causa del color del pelo.
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